Hablemos de Reverb | Parte II
Plate Reverb

En 1957 la empresa alemana EMT presentó la unidad de reverberación EMT 140 (la primera reverberación de placas). Se trata de un dispositivo electromecánico, creado como alternativa a las reverbs de resortes.
Este sistema utilizaba una delgada placa de acero de 1x2 metros, suspendida dentro de un marco metálico. El efecto de reverb se obtenía acoplando un transductor en una de las caras de la placa. Debido al funcionamiento electromecánico, la planchuela copiaba las vibraciones y las esparcía por su superficie, para luego ser captadas por una pastilla (similar a la de un micrófono), convirtiendo las vibraciones mecánicas en variaciones de tensión.
En 1961 se introdujo el modelo estéreo, el EMT 140 st. Un detalle interesante de este sistema de placas es que se generan ondas directas, pero también indirectas, aumentando la riqueza del efecto de reverberación. Como es de esperar, las señales producidas en las pastillas debían ser amplificadas para ser llevadas a nivel de línea. Debido a la época, esta etapa se realizaba mediante válvulas, las cuales aportaban su impronta y calidez. La salida podría mezclarse con la señal original, y de este modo se simulaba la creación de un nuevo espacio. Los tiempos de reverberación se ajustaban entre aprox 1 y 5 segundos por medio de un fieltro de amortiguación que podía moverse, alejándose, o acercándose respecto de la placa. A su vez, un sistema adicional permitía ajustar la tensión de la placa.
Hablemos de su sonido
Al ser una reverb artificial, ésta no simula un espacio físico determinado.
Su sonido es denso, cargado de reflexiones, y extremadamente cálido, dando una sensación amplia y natural. Estas unidades todavía se utilizan en muchos estudios, a pesar su gran tamaño y peso.
Un detalle: EMT no fue el único fabricante de reverbs de placas, pero sí el pionero, y el más reconocido. La legendaria EMT 140 se mantuvo en producción durante 25 años!
